lunes, 17 de octubre de 2011

Los tiempos cambian...



Muchas veces conversando con personas de lo que pasa a nuestro alrededor, siempre llegamos a una frase muy conocida "los tiempos han cambiando" nos encontramos con que hay muchos cambios, muchos de ellos no los percibimos y volvemos a decir "los tiempos han cambiando", pero yo realmente pregunto ¿ El tiempo habrá cambiado? o fuimos nosotros los que cambiamos, seria bueno reflexionar sobre eso, y no hecharle la culpa al tiempo. el tiempo no cambia el solo sigue su transcurso, somos nosotros los que cambiamos, cambiamos nuestras costumbres, cambiamos de pensamientos, cambiamos de lugar, y en muchas otras cosas mas.

Recuerdo que mi colegio de primaria me quedaba como a 2km y siempre nos veníamos caminando con mis compañeritos de escuela, ahora los niños no quieren caminar porque es demasiado largo para ellos y pagan trasporte escolar, y realmente la escuela no se ha movido de lugar sigue estando a 2km de distancia, mi mamá me empacaba mi comida para llevar a clases, ahora los niños llevan dinero y compran mucha comida chatarra dañando desde temprano el organismo de los niños.

Conversando con mi abuelo Encarnación Ramírez (en otra ocasión se los presento) me cuenta de como era su infancia y me mencionaba unas frutas raras que habían en sus niñez, el preguntaba si las conocía, yo dije que no (realmente no las conocía :( ) y me puse a pensar, al paso que vamos cuando yo tenga mis hijos o nietos ellos no conocerán los mangos, jocotes, guayaba, entre otros, ahora compramos sobresitos de sabor que solo le agregamos agua y ya tenemos el fresco del almuerzo, porque no hay tiempo de comprar las frutas y hacerlo de forma natural y tradicional. Nos hemos vuelto muy consumistas solo compramos y compramos y nos quejamos de la situación económica culpando siempre al tiempo, el no tiene la culpa de lo que pasa, no tiene la culpa de que ya no tengamos vida, ni que los niños pasen pegados al TV.

Podemos hacer las cosas diferentes y aprovechar mas el tiempo, no vivamos apresurados, tomemos tiempo para desayunar, para almorzar y escuchar lo que nos tengan que contar los demás, tomemos el tiempo para caminar y saludar a la gente que nos rodean (la señora de la tienda, la que nos vende la leche, etc) y disfrutemos cada segundo que pasa.